miércoles, julio 30, 2008


Maternidad, paternidad y romance

En una pareja heterosexual, tras el nacimiento de un hijo o una hija, muchas cosas cambian. Cambian las costumbres, los ritmos de sueño y descanso, los tiempos disponibles para el ocio, y los papeles de los amantes, que ahora pasan también a ser padres.

Todos estos cambios no dejan de influir en la sexualidad de la pareja. Como consecuencia de las jornadas laborales y las tareas domésticas, sumado al cuidado del bebé, muchas personas encuentran más bien poco tiempo para dedicárselo a ellas mismas, y también a su compañero o compañera.

Es usual encontrar en terapia casos de mujeres que han sido madres recientemente y que han perdido el deseo, en la mayoría de los casos como consecuencia de la fatiga y el cansancio que la nueva situación les supone. Menciono a las madres porque frecuentemente se espera que la mujer lleve mayor peso en los cuidados del bebé y de la casa, trabaje o no fuera del hogar. Y lo cierto es que muchas mujeres asumen esta mayor carga de trabajo, de forma que la pareja, como equipo, no se plantea renegociar los tiempos y espacios de cuidados y ocio de ambos.

No obstante, hoy voy a dedicar unas líneas a los hombres que han sido padres recientemente, y las situaciones a las que se enfrentan en sus nuevas circunstancias.

En consulta también se presentan con relativa frecuencia casos de hombres que han sido padres y han perdido el deseo por su pareja. Aunque en estos casos también puede influir el estrés y el cansancio, también es cierto que a muchos hombres les cuesta erotizar a su pareja en su nuevo papel de madre.

Algunos de estos hombres verbalizan que su pareja, en su nuevo papel de madre, les inspira un amor profundo, un gran respeto, y que sienten que estas emociones son contrarias al deseo erótico. En ocasiones también pierden el deseo durante el embarazo de sus parejas, por el mismo motivo. Algunos de los comentarios en estos casos son similares a los siguientes: “la veo como madre, y no como mujer o amante”, “me inspira ternura, y no deseo”, “si le propongo una relación sexual es como si la estuviera ofendiendo”.

Es como si algunos de estos hombres hubieran aprendido que una madre es lo contrario de una mujer con carga erótica.

Y verdaderamente nuestra sociedad nos ha transmitido una idea de la mujer como objeto erótico que es contraria al modelo de la mujer-madre. Por ejemplo, la tradición judeo-cristiana presenta a la Virgen María como el modelo ideal de mujer: una madre que es tan ajena a lo erótico que incluso ha concebido sin necesidad de mantener relaciones coitales. En nuestra tradición, por tanto, se representa a la madre perfecta como ejemplo de castidad absoluta (no en vano es “virgen”). La pureza y la respetabilidad se asocian a la Virgen-madre precisamente porque es virgen.

Hay otros factores que influyen. También, con el embarazo y el parto, el cuerpo de la mujer se transforma. Las caderas y los pechos se hacen más anchos, se gana peso… muchos hombres encuentran estos cambios estimulantes, y a otros les sucede lo contrario.

Las mujeres que han sido madres necesitan sentir que su pareja aún las desea, puesto que en ocasiones se sienten menos atractivas debido a las transformaciones que se han producido en su cuerpo.

¿Qué sucede con las parejas de los hombres que han disminuido su deseo tras la paternidad? La mayoría de estas mujeres no se lamentan por el número de relaciones coitales o genitales que mantienen, sino por el hecho de que “él no las busca”, “no las mira con atracción, no las toca ni las acaricia”. Afirman que “él no las corteja” y que en estos momentos necesitan, más que nunca, sentirse atractivas, sentir que él se interesa por ella “como mujer”.

Mientras la pareja se ajusta a su nueva situación, a sus nuevos roles, y a los cambios físicos que conlleva a veces la maternidad, también deberían intentar cuidarse como pareja.

Ser madre o padre es, desde luego, un suceso importante en la vida, pero no debe llevar a olvidar que esa madre y ese padre también son amantes y son pareja.

A veces, aunque el cansancio y el estrés hacen mella en el deseo (sobre todo en el deseo de contacto genital o coito), sería interesante que la pareja se esforzara por no perder totalmente la chispa de “romance” en su relación. Que no olvidaran mantener el contacto físico, hacerse caricias, dedicarse mimos, abrazarse y tocarse para disfrutar de la piel de la otra persona, regalarse el oído con piropos y halagos, mantener una cierta actitud de “cortejo”.

Para ello no es necesario invertir grandes cantidades de tiempo. A lo largo del día, las miradas, las caricias o las palabras “de amantes” pueden intercalarse con las actividades cotidianas.

Y por supuesto, en la medida de lo posible también es importante reservar algunos espacios y tiempos propios (a solas y como pareja).

María Victoria Ramírez Crespo
Sexóloga y psicóloga
Asociación Lasexologia.com
www.lasexologia.com
www.lasexologia.net

1 comentario:

Hernan dijo...

Buenos Aires 1 de noviembre de 2008.-
At.
Desde ya muchisimas gracias por el articulo sobre Maternidad, paternidad y romance, somos de Argentina; primerizos de una nena de 3 meses y antes nuestras relaciones sexuales eran cotidinadianas, creemos que como cualquier pareja...!!
Desde el embarazo, durante el mismo y a posterioriori del nacimiento de la nena yo (el Varon) no puedo fusionar el erotismo con el amor y el respeto que le tengo a mi mujer/madre.
No tengo ninguna duda sobre la belleza de mi pareja, me atrae desde su piel hasta su estetica gral., incluso despues del parto con los cambios de su cuerpo la adoro y me gusta su figura...la problematica en si es:Me cuesta arrancar con el acto sexual (una vez iniciado es muy bueno como siempre), simplemente no me da ganas y estoy sumamente preocupado, ya que temo un deterioro en la pareja por falta de sexo/deseo, entendi perfectamente sobre el tema de los mandatos que mencionan en el articulo, etc.
Tenemos con mi mujer una comuniacacion muy buena y hablamos del tema pero la llama no se enciende...
Cualquier comentario, sugerencia, experiencia, nos seria de gran utilidad.
nuevamente muchisimas gracias por trabajar para que parejas que nos amamos podamos recrearnos cotidianamente para sostener nuestra familia.
Cordialmente
Hernan